Una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores

FITXA
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Títol: Una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores
Autor: Ignacio Sanz
Il•lustrador: Patricia Metola
Edició: Zaragoza: Edelvives, 2010
Edat: de 8 a 10 anys
Temàtica:

(Premio Ala Delta 2010 de literatura infantil)

RESSENYA
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“Al poeta chileno Vicente Huidobro, su país se le hacía muy alargado y demasiado estrecho. Y se había propuesto viajar a Europa para ensanchar sus horizontes. Sobre todo, quería ir a Madrid y a París. Allí vivían algunos de los escritores más importantes del mundo y él, que comenzaba a escribir y tenía muchas inquietudes, deseaba establecerse donde ocurrían los acontecimientos literarios.”

El principio promete: una ficcionalización de la vida, y en especial los viajes y algunas de las excentrididades, de Vicente Huidobro. En el título, los elementos principales de la historia: la vaca, Jacinta, la que Huidobro se empeñó en llevarse con él a Francia al emigrar, forma el núcleo de la primera parte de la historia. Los dos niños (sus hijos) y los 300 ruiseñores forman el segundo, que es donde la novela, en mi opinión, flaquea: el narrador se retira y deja paso a capítulos que alternativamente están redactados por el hijo y la hija de Vicente Huidobro, y en los que narran el viaje de vuelta de Europa a Chile con un barco cargado, a instancias de su padre, con 300 ruiseñores, pájaros que no existen en América y que Huidobro intenta (aunque fracasa, y sí, con esto les estoy desvelando parte del final) llevar a su país después de haberse enamorado de su bello canto.

El principio promete: las peculiaridades de Vicente Huidobro y su familia, la vida de la época, y algún apunte sobre sus poemas. Pero luego llega el viaje de vuelta a Chile, en el que Huidobro desaparece casi por completo de la acción (se retira a su camarote a escribir y casi no sale), y la historia se limita a ver pasar los días y morir los ruiseñores, primero por los calores del trópico y luego por el frío al acercarse a la Tierra del Fuego. Una segunda parte que se hace demasiado larga y monótona.

La intención no es mala, pero el resultado no convence, por mucho premio Ala Delta que el libro haya ganado...