FITXA
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Títol: El adiós de la novia
Autor: Meg Rosoff
Il•lustrador: -
Edició: Siruela, 2012
Edat: a partir de 12 años
Temàtica:
RESSENYA
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Segunda obra publicada en español (ambas en Siruela) de esta autora. A diferencia de “Cómo Justin Case engañó al destino”, una novela ambientada en un entorno contemporáneo y con personajes cercanos a la juventud de hoy en día, en “El adiós de la novia” Rosoff nos traslada a la Inglaterra rural de la Revolución Industrial, un entorno de miseria extrema que recuerda a Dickens, aunque el hecho de centrarse en el ámbito rural en ocasiones nos pueda recordar a una época más cercana a la medieval (y el hecho de que el libro recuerde el “Carta al rey” de Tonke Dragt también ayuda).
En “El adiós de la novia” seguimos a Pell, una joven que se escapa de su casa y un destino con el que no está conforme la madrugada del día en el que debería casarse. La acompañan Jack, su caballo, y Bean, uno de sus hermanos pequeños, a quien la mayoría de personas con las que se cruzan toma por idiota porque no habla. Su intención es dirigirse al mercado de caballos de Salisbury para encontrar trabajo, ya que a Pell se le dan especialmente bien estos animales: conocerlos, saber en qué condiciones se encuentran, qué necesitan, si serán buenos para el campo o para el transporte, tranquilizarlos... Lo que no imagina Pell es lo duro que puede llegar a ser el mundo con una chica joven y sola como ella, y las muchas cosas que pueden llegar a salir mal. Y, durante buena parte del libro, parece que todo sale mal.
Un libro duro, de personajes inolvidables que se cruzan de manera inesperada (me encanta; me encanta ese momento en el que caes en la cuenta de que “¡ese personaje es este!”, y de esos momentos hay varios en el libro), complejo en su estructura (varias acciones, varios tiempos, varios escenarios, tramas y personajes) auténtica y sinceramente feminista, y en el que la autora consigue sumergirnos en el mundo que recrea. Solo apto para buenos lectores, pues a pesar de ser un libro clásico de aventuras el ritmo no es trepidante.
Me costará olvidar a Pell y su lucha por vivir la vida que ella ha decidido vivir, y no la que el resto del mundo quiere (o cree que debería) vivir.
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