La guerra civil contada a los jóvenes

FITXA
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Títol: La guerra civil contada a los jóvenes
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Il·lustrador: Fernando Vicente
Edició: Alfaguara, 2015
Edat: a partir de 12 anys
Temàtica: Coneixements Història. Guerra civil espanyola


RESSENYA
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Arturo Pérez Reverte, conocido y prolífico escritor, académico y periodista, nos brinda una historia de la Guerra civil española en 30 breves capítulos, muy breves la verdad, desde las causas de la Guerra hasta la muerte de Franco y el retorno a la democracia. Al final del libro hay unos anexos muy útiles sobre los protagonistas de la guerra con sus uniformes y banderas, un glosario, una cronología de los hechos principales, unos mapas de España con la división territorial de los dos bandos –Republicanos y Nacionales – en los tres años de conflicto y finalmente una breve nota biográfica del autor y del ilustrador. Creo sinceramente que los anexos y las ilustraciones son lo mejor del libro. Respecto al texto, al contrario, tengo muchas dudas.

En el prólogo el autor indica claramente su propósito: “Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca, es conveniente recordar cómo ocurrió. Así, de aquella desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder”. Comparto plenamente el propósito del autor, pero ya en las primeras líneas me alejo de él: “Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, el vecino con el vecino, al hermano contra el hermano”. Desde el punto de vista de la paz y la convivencia todas las guerras son malas y punto, no puede haber diferencia entre la muerte de un vecino, de un hermano o de un desconocido. Lo que fracasa con la guerra es la humanidad, la imposibilidad de entenderse sin la eliminación física del adversario o sea sin el uso de la violencia. Lo cual es incompatible con la democracia que es, entre otras muchas cosas, convivencia entre minorías, entre maneras diferentes de ver las cosas. Como es bien sabido, en democracia el uso de la violencia es monopolio de las fuerzas del orden y del poder militar, que están únicamente al servicio del Estado. Cuando estos poderes se alejan de su función, como ocurrió en España en 1936, hay una responsabilidad clara, que el ejército español debería asumir una vez por todas, para que los ciudadanos puedan confiar plenamente en él.

Contrariamente a lo que Pérez-Reverte declara en alguna entrevista, en esta historia sí que hay buenos y malos, hay unos, una parte del ejército, la mayor parte de los oficiales, que no cumplió con su deber, que por el motivo que sea se sublevó imponiéndose con la violencia sobre los demás, que no actuó correctamente, cosa, como es bien sabido, que ocasionó un montón de muertes y de problemas que arrastraron el país a un largo periodo de atraso del cual sufrimos todavía algunas consecuencias. A estas alturas se debería poder decir esta pequeña verdad histórica sin que nadie se resintiera. Sin incurrir en “clichés partidarios ni etiquetas fáciles”. Luego es justamente trabajo de los historiadores buscar las motivaciones que empujaron a los unos y los otros a determinadas acciones, a veces, como el autor precisa en diversas ocasiones, verdaderas barbaridades por ambos lados, a contextualizarlas en los diferentes escenarios, -locales, nacionales, internacionales, - porque sabemos que las fuerzas en juego en la guerra civil española no se jugaron sólo en España -, y dejar finalmente al lector juzgar en base a su entendimiento de los hechos, a sus valores, a sus ideologías.

Creo que el libro de Pérez-Reverte tampoco cumple con este último aspecto, no tenemos en nuestras manos un libro de conocimientos propiamente dicho, aunque tampoco podemos hablar de un libro de ficción. Definiría entonces La guerra civil contada a los jóvenes como
un relato documentado de tipo periodístico, en que el autor expresa una visión personal de los hechos. Una visión humana según nos dice:

La guerra hay que leerla humanamente, porque si la lees sólo políticamente caes, otra vez, en los buenos y los malos. Hubo canallas y hubo gente noble. Por eso es importante recuperar ese relato. Y este libro lo que intenta es situar la guerra en el nivel humano.

Pues, ¿de qué sirve entonces estudiar la guerra civil española? ¿En qué se diferencia de cualquier otra guerra? Cualquier guerra vista sólo “humanamente” ¿no es otra cosa que barbaridad absoluta, maldad pura, estupidez humana en estado puro? Si de algo sirve estudiar una guerra es justamente poder entender sus causas, comprender los hechos, reflexionar sobre ellos, y todo esto no puede prescindir de los valores de cada cual.

Así, que el debate quede abierto y que cada cual asuma su responsabilidad, esto nos hará más mayores y más libres.

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