Rugidos y orejas

FITXA
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Títol: Rugidos y orejas
Autor: Chih-Yuan Chen
Il•lustrador: Chih-Yuan Chen
Edició: Barcelona: Thule, 2008
Edat: de 0 a 6
Temàtica:


RESSENYA
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¿Se acuerdan ustedes de Chih-Yuan Chen? Quizá no le recuerden por el nombre, pero si les hablo de Guyi Guyi (o “Guji Guji”, en català), seguro que recordarán a la mamá pato y el bebé cocodrilo. Bien, pues Chih-Yuan Chen, su autor, vuelve a nuestras librerías con un cuento que bien puede convertirse en un favorito, y esta vez sí, estoy segura que tanto de mayores como de pequeños. Y un cuento que, como Guyi Guyi, vuelve a tratar el tema de cómo a pesar de las diferencias y de lo que diga la naturaleza, la amistad y el amor son capaces de superar las más infranqueables barreras – y añadiendo, además, un interesante uso del libro como objeto (no original, pero sí muy bien resuelto).

Rugidos y Orejas son los nombres de los protagonistas: un león y un conejo (respectivamente, como es de suponer). El libro empieza con las páginas divididas (literalmente cortadas) en dos partes. En la parte superior, vamos leyendo “El cuento de Rugidos”, mientras en la parte inferior se desarrolla “El cuento de Orejas”. Ambas historias son totalmente paralelas: las dos crías de animales son educadas por sus respectivas familias: Rugidos, para ser un león feroz que cace y coma conejitos; Orejas, para ser un conejo rápido y sigiloso que escape siempre de las fauces de los leones. Así vamos viendo a ambos animalillos entrenarse y prepararse para la vida fuera del protector regazo de sus padres, hasta que llega el momento de la verdad. Es entonces cuando ambos cuentos se unen, las páginas pasan de estar divididas a ser una sola, y se produce el encuentro que se saldará... en fin, no creo que tenga que contaros el final para que podáis imaginarlo.

Una historia tierna y divertida, unas ilustraciones que en todo momento acompañan al texto y que aprovechan al máximo, especialmente en los fondos, el recurso de las páginas cortadas, y un planteamiento formal que, aunque ya hayamos visto en otras ocasiones, le da pleno sentido a la historia.

En definitiva: ¡para no perdérselo!