FITXA=====
Títol: El movimiento continuo
Autor: Gonzalo Moure
Il·lustrador: Pablo Amargo
Edició: Madrid: El barco de vapor, 2007 (SM)
Edat: de 10 a 12 anys
Temàtica:
Puntuació: 3 de 4
RESSENYA
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En un mundo donde reina la rapidez y la velocidad, Gonzalo Moure nos regala una historia en defensa de la pausa, de la lentitud, de la observación, del tiempo al tiempo. Porque hay cosas que requieren otro ritmo para poder apreciarlas. Y solo quien esté dispuesto a pararse y mirar sabrá verlas.
El viejo Santos, el abuelo de Andrea, es una de esas personas que sabe del valor del tiempo, del silencio, de la calma. De decir las palabras justas en el momento justo. De Santos nos dice el narrador que “disfrutaba del silencio en el patio de su caserón, sin prisas, sin agobio ninguno. Estaba jubilado, claro, pero parecía haber llenado su jubilación de tiempo o, más bien, haber detenido el tiempo a su alrededor. Y tampoco hacía preguntas. De ningún tipo.” A Gregorio, que tiene diez años, le gusta estar con Santos. Al principio, solo porque así está más cerca del torbellino de Andrea, que es todo lo contrario a su abuelo, pero luego porque con Santos todo se ve de un modo diferente. El viejo Santos acogerá a Gregorio y le enseñará sus secretos (sus máquinas, sus plantas y animales, sus inventos), y juntos construirán el detector de auroras boreales.
Una historia sin grandes aventuras, ni subidones, ni vuelcos inesperados en la trama. Incluso las sorpresas que nos depara la narración ocurren cuando todo está en calma. En toda regla, un "llibre tranquil".
Si os gusta, os recomiendo también “En un bosque de hoja caduca”.
El viejo Santos, el abuelo de Andrea, es una de esas personas que sabe del valor del tiempo, del silencio, de la calma. De decir las palabras justas en el momento justo. De Santos nos dice el narrador que “disfrutaba del silencio en el patio de su caserón, sin prisas, sin agobio ninguno. Estaba jubilado, claro, pero parecía haber llenado su jubilación de tiempo o, más bien, haber detenido el tiempo a su alrededor. Y tampoco hacía preguntas. De ningún tipo.” A Gregorio, que tiene diez años, le gusta estar con Santos. Al principio, solo porque así está más cerca del torbellino de Andrea, que es todo lo contrario a su abuelo, pero luego porque con Santos todo se ve de un modo diferente. El viejo Santos acogerá a Gregorio y le enseñará sus secretos (sus máquinas, sus plantas y animales, sus inventos), y juntos construirán el detector de auroras boreales.
Una historia sin grandes aventuras, ni subidones, ni vuelcos inesperados en la trama. Incluso las sorpresas que nos depara la narración ocurren cuando todo está en calma. En toda regla, un "llibre tranquil".
Si os gusta, os recomiendo también “En un bosque de hoja caduca”.
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